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Mostrando entradas de abril 2, 2017

La Peligrosa Tentación

Como un inocente necesitado por las ansias de conocer lo desconocido y sin querer que surgiera lo inevitable, fui débil ante su inyección más tentadora.  Nada más saborearte, Cronos me concede su poder más personal para poder alimentar mis memorias de arrepentimientos y diversión . Serán los primeros los que me harán pecar de querer volver a repetirte. Una y otra vez. Pero qué es lo que he hecho. Mi olfato se agudiza. Pera..Bergamota...Naranja y Gálbano.  Mis papilas gustativas saborean Cacao y Cedro.  Mi Corazón siente Jacinto y Peonía. Mi vista es capaz de fotografiar con una precisión perfecta cada instante de felicidad; cada instante en que sus 32 corceles blancos avanzan para hacerse con la victoria entre sus fuertes y tímidas murallas de Pasión e Intelecto. No son Superpoderes. Se puede llegar asentir como que los tienes, pero es solo ficción. Cronos no te presta sus poderes para siempre; Él te abre un camino de Felicidad condenado al Recuerdo.  No es una ventaja. Es una

Manhattan: Le Bernardin (Ep.8)

Conforme me alejaba del autobús, de la sangre, los gritos, los niños traumatizados, el tumulto de curiosos...iba poco a poco volviendo a la realidad. La verdad que, analizándolo objetivamente, había sido una hazaña impresionante. Nunca había hecho nada igual. Mientras más caminaba, más se notaba el dolor e los brazos. Intenté no dejarlos caer; así no correría mucho la sangre por ellos y no sentiría mucho dolor, pero era inevitable. Son las 14:00h. En media tengo que estar en la oficina para comer con Mike  y las chicas…y luego a las 16:00h. grabación... No sé si podré estar al 100% para grabarla. De hecho, no se siquiera si podré sujetar el micrófono con la manos. Y menos mal que Charlie está bien. Ese corte en la cabeza…espero que los padres no se le echen encima a gritos, aunque ella no ha tenido la culpa de que un cruel pobre hombre haya elegido el autobús escolar para desahogarse por alguna mala noticia que le haya llegado. No había caminado ni 50 metros, cuando empecé a darme c