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Mostrando entradas de mayo 20, 2012

La Peligrosa Tentación

Como un inocente necesitado por las ansias de conocer lo desconocido y sin querer que surgiera lo inevitable, fui débil ante su inyección más tentadora.  Nada más saborearte, Cronos me concede su poder más personal para poder alimentar mis memorias de arrepentimientos y diversión . Serán los primeros los que me harán pecar de querer volver a repetirte. Una y otra vez. Pero qué es lo que he hecho. Mi olfato se agudiza. Pera..Bergamota...Naranja y Gálbano.  Mis papilas gustativas saborean Cacao y Cedro.  Mi Corazón siente Jacinto y Peonía. Mi vista es capaz de fotografiar con una precisión perfecta cada instante de felicidad; cada instante en que sus 32 corceles blancos avanzan para hacerse con la victoria entre sus fuertes y tímidas murallas de Pasión e Intelecto. No son Superpoderes. Se puede llegar asentir como que los tienes, pero es solo ficción. Cronos no te presta sus poderes para siempre; Él te abre un camino de Felicidad condenado al Recuerdo.  No es una ventaja. Es una

Manhattan: La octava avenida (Ep. 1)

Con paso tranquilo y relajado, camino por las calles de Manhattan, Nueva York, vestido con un pantalón liso de color marrón que tenía los bolsillos más suaves que he manoseado en mi vida, una camisa de cuadros debajo de una chaqueta de un color azul eléctrico y unas Converse del mismo color, para ir "conjuntado". Hacía frío, pero no un frío de los que te deja los huesos helados, sino un frío cómodo de esos en los que te alegras de no haberte dejado la chaqueta en casa. ¡Ah, se me olvidaba el pañuelo! Es de esos típicos que la gente lleva por adornar el cuello. Yo creo que sirven para proteger de colmillos de vampiros no autorizados. Son las 22:30h. y me siento genial. He dejado la rotonda de Central Park a mi espalda para meterme en la octava avenida. De pronto, pasada la calle 56 Oeste, levanto la vista del suelo y veo que al lado del "Bread Factory Cafe" han puesto un Bar-Grill con el nombre de Rumour's. No lo entendía, no por nada, sino porque en la acera