La Peligrosa Tentación

Como un inocente necesitado por las ansias de conocer lo desconocido y sin querer que surgiera lo inevitable, fui débil ante su inyección más tentadora.  Nada más saborearte, Cronos me concede su poder más personal para poder alimentar mis memorias de arrepentimientos y diversión . Serán los primeros los que me harán pecar de querer volver a repetirte. Una y otra vez. Pero qué es lo que he hecho. Mi olfato se agudiza. Pera..Bergamota...Naranja y Gálbano.  Mis papilas gustativas saborean Cacao y Cedro.  Mi Corazón siente Jacinto y Peonía. Mi vista es capaz de fotografiar con una precisión perfecta cada instante de felicidad; cada instante en que sus 32 corceles blancos avanzan para hacerse con la victoria entre sus fuertes y tímidas murallas de Pasión e Intelecto. No son Superpoderes. Se puede llegar asentir como que los tienes, pero es solo ficción. Cronos no te presta sus poderes para siempre; Él te abre un camino de Felicidad condenado al Recuerdo.  No es una ventaja. Es una

Manhattan: La Gran Piedra Negra (Ep.9)

Todo esto que me estaba pasando era muy repentino. Hacía mucho tiempo que no sentía tantas emociones al mismo tiempo. ¡Y no había llegado ni la mitad del día! 

Nada más salir de aquella multitud, la cual vitoreaba mi nombre, y meterme en la Décima Avenida, me dio por mirar el reloj. Si, sé que tengo un problema con el tiempo: no puedo permitirme el lujo de perder el tiempo. No me gusta. No me viene bien. Aparte, no quiero ser alguien que pierda el tiempo con vaguerías o excusas tontas. Si quería llegar a trabajar en la 52 Oeste con la Sexta Avenida, tenía que dar el 110% de mi propio ser. Oh, disculpadme. Creo que no os he explicado esa parte de mi futuro plan.
Como bien sabéis, me gustaría poder llegar a trabajar en el canal de noticias de máxima audiencia de la CBS. El problema es que no soy el único que lucha por tener ese ansiado puesto. De hecho, fue una suerte haber podido entrar en el equipo de reporteros de noticias después de estar buscando sin parar durante mucho tiempo. 
A lo que iba: La CBS tiene diversos edificios repartidos por Manhattan, ya sea el Broadcast Center, el Evening News o la "Gran Piedra Negra", lo que viene a ser la Sede Central de la CBS. Ésta última se encuentra en la 52 Oeste haciendo esquina con la Sexta Avenida. Mi objetivo principal no es trabajar en ese pedazo de monolito de 150 metros, pero si sorprender a los peces gordos que trabajan en él. Si mi trabajo es digno de reconocimiento, podría llegar a ascender y llegar a la Silla Audiovisual Protagonista por excelencia. 
Miré el reloj. Las 14:45h. ¿Tan tarde era? Había perdido la noción del tiempo. Espero que Tom no se haya enfadado ni tuviera mucho trabajo que hacer. Lo de comer con los chicos pues bueno, puede pasar; no se derrumba el mundo por haber faltado. Pero un trabajo tan importante como analizar las diversas noticias que se emiten en los otros programas de noticias...Si, lo puede hacer una persona, pero claro, tardas más. Hacemos este tipo de análisis para controlar que las noticias que tenemos preparadas para el día, así como para los días siguientes, tengan un contenido de calidad, sean más "atractivas" que las de la competencia, etc. No nos gusta ser un telediario espejo. Lo bueno de entrar en directo a las 18:30h. es que repasas todas las noticias que se han emitido durante el día en los puntos de máxima audiencia, observando así cuales han sido las noticias más notorias, más vistas por el telespectador. Con ello hacemos una comparativa con las noticias que tenemos preparadas y calculamos si tenemos que hacer algún tipo de seguimiento para mantener al telespectador atento y con el mando en su regazo.
Aceleré el paso y llegué a las puertas de la CBS en menos de lo que canta un gallo literalmente. Subí en el ascensor. Tenía la gabardina hecha girones, la cara sudada y manchada. Ay los brazos...casi me había olvidado de los brazos. Conforme subía en el ascensor, me hice un análisis "Total III" de cómo los tenía. Algunas partes estaban manchadas de sangre. De tanto moverlos sin querer, había abierto las numerosas heridas causadas por los cristales del autobús. Y para colmo, ahora que me estaba concentrando en ellos, estaba notando un dolor que antes no sentía. 
PIN. Cuarta planta. Las puertas se abren. Mi objetivo: el despacho de Tom. Tengo que ir a pedirle disculpas por haber faltado al análisis. La travesía hasta el despacho de Tom me llevó por lugares que nunca había descubierto de la oficina. Al parecer, la noticia del autobús secuestrado y mi heroicidad estaban dando mucho de qué hablar. La gente estaba muy atareada. Corrían de un lado para el otro con papeles, llamadas en espera y gritos de una mesa a otra. 

Llegué. La puerta del despacho de Tom estaba cerrada. Se escuchaban murmullos en su interior. No quería interrumpir. A decir verdad, no era la primera vez que metía la pata. No es que Tom fuera una mala persona, pero al igual que a mí, no le gustaba perder el tiempo.
Toc-toc. Los "Toc-tocs" más inseguros hasta ahora que había dado. Los dí como pude, ya que los brazos no estaban ayudando mucho en esta hazaña tan estresante. Es que es entrar en la oficina y estresarte sin querer. Cómo me gusta. A decir verdad, me estaba empezando a sentir un poco mareado a causa del dolor en los brazos. La sensación era bastante...incómoda. Era como si notase cómo a la sangre le costaba recorrer los vasos sanguíneos e hiciese lo posible por avanzar. Tenía que sentarme.
-¡Adelante!
Oh, no...Esa voz.... Ese no era Tom... 

La que me va a caer encima.






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