Todo esto que me estaba pasando era muy repentino.
Hacía mucho tiempo que no sentía tantas emociones al mismo tiempo. ¡Y no había
llegado ni la mitad del día!
Nada más salir de aquella multitud, la cual vitoreaba
mi nombre, y meterme en la Décima Avenida, me dio por mirar el reloj. Si, sé
que tengo un problema con el tiempo: no puedo permitirme el lujo de perder el
tiempo. No me gusta. No me viene bien. Aparte, no quiero ser alguien que pierda
el tiempo con vaguerías o excusas tontas. Si quería llegar a trabajar en la 52
Oeste con la Sexta Avenida, tenía que dar el 110% de mi propio ser. Oh,
disculpadme. Creo que no os he explicado esa parte de mi futuro plan.
Como bien sabéis, me gustaría poder llegar a trabajar
en el canal de noticias de máxima audiencia de la CBS. El problema es que no
soy el único que lucha por tener ese ansiado puesto. De hecho, fue una suerte
haber podido entrar en el equipo de reporteros de noticias después de estar
buscando sin parar durante mucho tiempo.
A lo que iba: La CBS tiene diversos edificios
repartidos por Manhattan, ya sea el Broadcast Center, el Evening News o la
"Gran Piedra Negra", lo que viene a ser la Sede Central de la CBS.
Ésta última se encuentra en la 52 Oeste haciendo esquina con la Sexta Avenida.
Mi objetivo principal no es trabajar en ese pedazo de monolito de 150 metros,
pero si sorprender a los peces gordos que trabajan en él. Si mi trabajo es
digno de reconocimiento, podría llegar a ascender y llegar a la Silla
Audiovisual Protagonista por excelencia.
Miré el reloj. Las 14:45h. ¿Tan tarde era? Había
perdido la noción del tiempo. Espero que Tom no se haya enfadado ni tuviera
mucho trabajo que hacer. Lo de comer con los chicos pues bueno, puede pasar; no
se derrumba el mundo por haber faltado. Pero un trabajo tan importante como
analizar las diversas noticias que se emiten en los otros programas de
noticias...Si, lo puede hacer una persona, pero claro, tardas más. Hacemos este
tipo de análisis para controlar que las noticias que tenemos preparadas para el
día, así como para los días siguientes, tengan un contenido de calidad, sean más
"atractivas" que las de la competencia, etc. No nos gusta ser un
telediario espejo. Lo bueno de entrar en directo a las 18:30h. es que repasas
todas las noticias que se han emitido durante el día en los puntos de máxima
audiencia, observando así cuales han sido las noticias más notorias, más vistas
por el telespectador. Con ello hacemos una comparativa con las noticias que
tenemos preparadas y calculamos si tenemos que hacer algún tipo de seguimiento
para mantener al telespectador atento y con el mando en su regazo.
Aceleré el paso y llegué a las puertas de la CBS en
menos de lo que canta un gallo literalmente. Subí en el ascensor. Tenía la
gabardina hecha girones, la cara sudada y manchada. Ay los brazos...casi me
había olvidado de los brazos. Conforme subía en el ascensor, me hice un
análisis "Total III" de cómo los tenía. Algunas partes estaban
manchadas de sangre. De tanto moverlos sin querer, había abierto las numerosas
heridas causadas por los cristales del autobús. Y para colmo, ahora que me
estaba concentrando en ellos, estaba notando un dolor que antes no
sentía.
PIN. Cuarta planta. Las puertas se abren. Mi objetivo:
el despacho de Tom. Tengo que ir a pedirle disculpas por haber faltado al
análisis. La travesía hasta el despacho de Tom me llevó por lugares que nunca
había descubierto de la oficina. Al parecer, la noticia del autobús secuestrado
y mi heroicidad estaban dando mucho de qué hablar. La gente estaba muy
atareada. Corrían de un lado para el otro con papeles, llamadas en espera y
gritos de una mesa a otra.
Llegué. La puerta del despacho de Tom estaba cerrada.
Se escuchaban murmullos en su interior. No quería interrumpir. A decir verdad,
no era la primera vez que metía la pata. No es que Tom fuera una mala persona,
pero al igual que a mí, no le gustaba perder el tiempo.
Toc-toc. Los "Toc-tocs" más inseguros hasta
ahora que había dado. Los dí como pude, ya que los brazos no estaban ayudando
mucho en esta hazaña tan estresante. Es que es entrar en la oficina y
estresarte sin querer. Cómo me gusta. A decir verdad, me estaba empezando a
sentir un poco mareado a causa del dolor en los brazos. La sensación era
bastante...incómoda. Era como si notase cómo a la sangre le costaba recorrer
los vasos sanguíneos e hiciese lo posible por avanzar. Tenía que sentarme.
-¡Adelante!
Oh, no...Esa voz.... Ese no era Tom...
La que me va a caer encima.
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