La Peligrosa Tentación

Como un inocente necesitado por las ansias de conocer lo desconocido y sin querer que surgiera lo inevitable, fui débil ante su inyección más tentadora.  Nada más saborearte, Cronos me concede su poder más personal para poder alimentar mis memorias de arrepentimientos y diversión . Serán los primeros los que me harán pecar de querer volver a repetirte. Una y otra vez. Pero qué es lo que he hecho. Mi olfato se agudiza. Pera..Bergamota...Naranja y Gálbano.  Mis papilas gustativas saborean Cacao y Cedro.  Mi Corazón siente Jacinto y Peonía. Mi vista es capaz de fotografiar con una precisión perfecta cada instante de felicidad; cada instante en que sus 32 corceles blancos avanzan para hacerse con la victoria entre sus fuertes y tímidas murallas de Pasión e Intelecto. No son Superpoderes. Se puede llegar asentir como que los tienes, pero es solo ficción. Cronos no te presta sus poderes para siempre; Él te abre un camino de Felicidad condenado al Recuerdo.  No es una ventaja. Es una

Porque nunca dejas de sonreír

Tabla en mano, subo la rampa para dirigir al grupo a la escuela y, ¿Qué me encuentro? Un grupo de alumnas de lo más risueñas. Escucho la conversación, cual cotilla que estoy hecho, y llega el momento de mirarlas con cara de extrañado a lo que me responden riéndose, para variar. Ya en la escuela sigo analizando a las chicas estas. No paraban de reírse…y para mi sorpresa, me paré en la mirada de una de ellas. ¿Por qué me suena esta chica? Nunca había venido aquí y por lo que sé no vive en Las Palmas.
Una ola llegó a la otra y casualidades de la vida que empezamos a hablar, y una cosa que me siguió asombrando: NUNCA PARABA DE SONREÍR. Aparte de tener una sonrisa preciosa y de que, ella de por si es muy linda, nunca la llegué a ver seria, hasta que llegó el día.Por cierto, antes de seguir, me gustaría decirles que nunca puede faltar una trenza en el pelo y que la amabilidad rebosa por sus lindos ojos.

Por donde iba...¡Ah si!

Un día triste, causado por la ausencia de esta chica, apareció al final de la clase sorprendiéndome. Comprenderan que al momento salió el sol más rápido que la risa de un chiste mal contado. El deseo de abrazarnos era mutuo, pero mi traje de neopreno separaba esa ambición hasta que llegó el momento, pero algo pasaba…no sonreías como antes. Se te notaba mas apagada que antes…”será que no le doy cariño como el de antes”, pensé yo. ¡Oh! Se me olvidaba decirles, que los abrazos y el cariño volaba entre nosotros =) A todas estas, no entendí cuál era el problema, aunque cuando estábamos solos, osea 3 o 4 segundos, se encendía ese momento cariño-cariño. Eso sí, la despedida fue, lástima, a contrarreloj. Generalmente hablando, cualquier persona que desea ser abrazada piensa…”Ojala se parase el tiempo en estos instantes”. Aaaayy…quién tuviera ese abrazo ¿eh?
Tú, chica la cual no puedo desvelar tu nombre, ya que si no este sentimiento no quedaría entre tú y yo,  quiero que me prometas varias cosas y siento ser ambicioso: quiero que no me olvides ya que de mi cabeza y corazón no vas a salir, ni siquiera por la puerta de emergencia, quiero que tu y yo sigamos como cuando tuvimos esos momentos juntos…esas innumerables risas, canciones, olas…quiero que seas tú, que tengas tus propias opiniones, que no te dejes influir por nadie, ni siquiera por la persona con la que más confianza tengas, esa persona solo sería una opinión mas, y por último te pido algo con el mayor cariño y el mayor amor que te puedo tener, y es que…no dejes de sonreír nunca. Nunca te he visto triste y no quiero verlo. Sabes que en mi corazón también existe un departamento que pone “Con mucho amor y cariño”…y que es tuyo y solo tuyo.
Ya sabes dónde te llevaré siempre, aparte de en la muñeca ;)

Con cariño…un simple mortal

PD: por si no te ha quedado claro, quiero que tus abrazos y tus besos vuelvan a pasarse por la escuela =)

Comentarios

Entradas populares de este blog

No quiero ser toda tu vida, solo tu parte favorita...

Cuida mucho de tu abuela...te quiero mucho

Los Cuatro Pilares Fundamentales de una Relación [1/3]

Los románticos, ¿siempre perdemos?